Tragedia diurna

Cuando nos lamentamos
vivimos dentro de una casa vieja
los patrones se fueron
y dejaron sólo polvo.

Cuando nos lamentamos
nos movemos inquietos dentro,
todo nos parece hermoso y lleno
cuando no hay nada mas que polvo.

Revelamos un cuento sin capítulos
que se quema sin acabarse,
un fuego oscuro que nos acompaña
hasta el final del abandon.

Nos miramos hacia atrás
y vemos a la locura vernos con indiferencia,
a los nubarrones rodeandonos los techos,
a las miríadas de emociones alejándose.

Cuando nos lamentamos
nos vemos el uno al otro
y no somos nada, no queda nada
sólo amanecer sin diluvio.

Cuando nos lamentamos
nos vemos el uno al otro
y no somos nada, no queda nada
sin uno del otro.

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